La tecnología barata y estándar constituye el ingrediente clave de
algunos vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) o
drones, en fase de desarrollo en el General Robotics, Automation,
Sensing and Perception Lab (GRASP Lab) de la Universidad de Pensilvania.
Los investigadores de este laboratorio están tratando de desarrollar
tecnología de drones de bajo costo que pueda rescatar a personas de
situaciones que amenacen su vida.
Los drones han ganado notoriedad en varios frentes, desde ataques militares precisos hasta cámaras espías voladoras.
Pero a diferencia de los drones utilizados con fines militares, los
robots del laboratorio GRASP están diseñados para entrar a los
edificios. Pueden crear mapas de habitaciones y pasillos.
Para ello, algunos de los drones utilizan sensores del Xbox Kinect de Microsoft. El Kinect genera un mapa 3D en una gama de tres a cinco metros, lo cual es útil para la localización de obstáculos.
Fabricar
drones utilizando componentes de alta tecnología ordinarios ahorra
dinero; y el laboratorio quiere que cada robot sea barato, porque
quieren producir una gran cantidad de ellos para volar en flotas.
"Ahora
es extraordinariamente fácil encontrar procesos de baja energía y bajo
costo que puedan hacer todo el cálculo que se necesita", dijo el
profesor Vijay Kumar del laboratorio GRASP. "Uno piensa en el hardware que está en tu smartphone, bueno es más o menos el mismo tipo de hardware que se necesita para detectar, procesar y controlar estos UAV".
Los drones del laboratorio GRASP contienen procesadores similares a los que pueden ser encontrados en un smartphone. Un ser humano interpreta los datos que la aeronave envía, y entonces da instrucciones al dron.
Los
motores en miniatura que impulsan los rotores de estas naves no
tripuladas también están disponibles de manera estándar, y son
utilizados sobre todo por aficionados.
Los resultados pueden ser
impresionantes. GRASP ha producido videos virales en los que los drones
hacen cosas como interpretar juntos el tema de James Bond en un piano.
Pero Kumar prevé una aplicación mucho más seria para esta tecnología.
"Pensamos
en ellos como rescatistas de primera respuesta", dice Kumar. "Cuando
haya una emergencia, queremos que la gente esté fuera de la escena... la
idea es que lleguen a la escena antes de lo que es posible para un
rescatista humano".
La tecnología todavía está en desarrollo. El
equipo de Kumar probó los robots tras el terremoto y el tsunami de de
2011 en Japón. Fueron desplegados dentro de edificios derrumbados para
crear mapas, determinar la integridad estructural y buscar víctimas
atrapadas dentro.
Lo que distingue a los drones del laboratorio
de Kumar es a la vez su pequeño tamaño y la idea de que viajarían
juntos. La limitación típica de los drones es su incapacidad para llevar
grandes cargas (cámaras, armas, etc). Al trabajar juntos, el peso de
carga útil podría ser distribuido entre los robots.
Los drones de Kumar también son capaces de actuar como robots totalmente autónomos.
Los
drones están creciendo en popularidad, a pesar de que será ilegal
volarlos con fines comerciales hasta 2015. Más de ochenta universidades y
grupos locales de aplicación de la ley solicitaron licencias para volar
drones ante la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos
(FAA, por sus siglas en inglés) en 2012, de acuerdo con solicitudes de
información realizadas bajo la Ley por la Libertad de la Información por
la Electronic Frontier Foundation.
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