Drones en decenas de miles estarán en los cielos para 2030, predice
la Administración Federal de Aviación estadounidense. Pero donde algunos
temen armas de precisión o vuelo de cámaras espía, Steve Markofski ve
tractores voladores.
Markofski, un nuevo planificador de negocios para Yamaha, espera repetir el éxito que ha tenido la empresa en Japón con el RMAX, un vehículo aéreo no tripulado que aplica fertilizantes y herbicidas sobre granjas de allí.
“En Japón, el RMAX tiene más en común con un tractor que con un
helicóptero”, dijo Markofski sobre el helicóptero a control remoto que
se ha utilizado en ese país durante dos décadas.Markofski, un nuevo planificador de negocios para Yamaha, espera repetir el éxito que ha tenido la empresa en Japón con el RMAX, un vehículo aéreo no tripulado que aplica fertilizantes y herbicidas sobre granjas de allí.
La agricultura se espera que sea uno de los mayores mercados
potenciales para drones en Estados Unidos, cuando la FAA publique normas
para abrir los cielos en 2015 y aumenten los usos comerciales de
vehículos aéreos no tripulados, UAVs, o drones.
En Arizona, donde miles ya trabajan en la producción de drones o
afines, nuevos mercados comerciales podrían significar nuevos puestos de
trabajo.
La Asociación Internacional de Sistemas de Vehículos no Tripulados
predijo una alta demanda de drones de agricultura que será capaz de
rociar los cultivos con herbicidas y pesticidas y ofrecer acceso a datos
baratos y actualizados sobre la salud de los cultivos.
“El caso de la agricultura de precisión se basa en la eficiencia
económica,”, dijo Darryl Jenkins, autor del informe de marzo de la
asociación.
Dijo que los drones se utilizarán para inspeccionar granjas grandes y
localizar las áreas que necesitan fertilizantes y pesticidas para
evitar desperdiciarlos. La aplicación y el estudio de cultivos
actualmente pueden hacerse con aviones o helicópteros, pero los drones
harán a la tecnología más asequible y accesible.
Robert Blair, un agricultor de trigo de Idaho, comenzó a buscar
aeronaves no tripuladas como una solución de topografía en 2006, después
de gastar $9.000 dólares en un vuelo de avión tripulado y esperar
semanas para obtener los datos.
Después de experimentar con un kit, decidió construirlo el mismo. El
resultado es un drone que pesa menos de 5 kilogramos, tiene una
envergadura de 3 metros y le da información oportuna sobre la
enfermedad, las malas hierbas y el agua en sus 1.500 hectáreas que no
pudo conseguir de otra forma.
Blair estima que, incluyendo el costo de todas las muestras y
exposiciones comerciales a las que asistió para investigar, ha invertido
arriba de $300.000 dólares en su UAV. Pero además de ser más rápido, es
más barato operar un drone que contratar un avión y su piloto para
hacer el mismo trabajo, dijo.
Aunque la FAA prohíbe volar con fines comerciales, permite el control
remoto operado por aficionados, reglas que Blair sigue cuando examina
su tierra. Desde que vio los beneficios de la agricultura con drones, él
ha hecho lobby con senadores de su estado y la FAA para asegurarse que
grandes grupos comerciales agrícolas tengan un asiento en la mesa cuando
se especifiquen las normas.
Blair dijo que él se siente frustrado por cuanto Estados Unidos ha
caído detrás de Japón y otros países, mientras espera que la FAA redacte
los reglamentos para la nueva industria.
“Este es el país en el que se desarrolla la tecnología, pero todavía tenemos la burocracia que no nos permite usarla” dijo.
Blair cree que los aviones no tripulados son la pieza que faltaba en
la agricultura de precisión que llevará al mundo al siguiente nivel de
producción necesario para alimentar a una población en explosión, y por
eso continúa utilizándolos.
“Hay pocos momentos en el tiempo donde una persona puede efectuar cambios positivos en una industria que ama”, dijo.
También siente que los drones de agricultura deben gestionarse por
separado de los drones haciendo trabajos de seguridad pública, porque
cree que los agro UAVs representan menos amenaza a la privacidad y
seguridad.
Blair y la Asociación de Vehículos No Tripulados apuntan a Japón como
un modelo para el uso exitoso de aviones no tripulados en la
agricultura. Funcionó bien, dijeron, porque el Ministerio de agricultura
japonés encargó la tecnología en lugar de inhibir la comercialización
de aviones no tripulados.
Markofski dijo que el Ministerio había identificado al envejecimiento
de la población como un problema de la agricultura y quería mecanizar
la agricultura para alentar a las generaciones más jóvenes a permanecer
en las explotaciones familiares. Pidió a Yamaha que empezara a
desarrollar un avión no tripulado en 1983.
Eso condujo al desarrollo en 1991 de un helicóptero no tripulado para
rociar herbicidas y fertilizantes. La privacidad no era una
preocupación en aquel tiempo, porque la agricultura era el único uso
para los aviones no tripulados.
Ahora conocidos como los RMAX, los helicópteros de Yamaha son de 3
metros de largo y 90 kilogramos de peso. Se alquilan a operadores
entrenados que son contratados por los agricultores, tal cual con los
fumigadores en los Estados Unidos
La aplicación de precisión en Japón es fundamental porque las granjas
son de alrededor de cinco hectáreas en tamaño, y usando un helicóptero
grande conduce a la difusión de fertilizantes sobre casas.
Desde que los helicópteros se introdujeron por primera vez, su uso se
ha extendido desde 100.000 hectáreas en 1991 a poco menos de 2,5
millones hectáreas o cerca del 40 por ciento de los campos de arroz del
país.
Yamaha ha exportado desde entonces el RMAX a Corea del sur y empezará
a exportarlos a Australia este año. Markofski dijo que la empresa
espera entrar en este país en el año 2015, cuando Yamaha apunte a
cultivos de Estados Unidos de tamaño mediano como las uvas, pistachos,
almendras y, por supuesto, arroz.
Jenkins predice que habrá más oportunidades para los empresarios
interesados en la producción y prestación de servicios con pequeños
drones, en lugar de competir con grandes empresas establecidas.
Uno de ellos es Rory Paul, quien fundó Volt Aerial Robotics en
Missouri con la esperanza de usar aviones no tripulados para
inspeccionar cultivos para los agricultores.
Paul está diseñando y vendiendo sus aviones teledirigidos, aun cuando
la FAA trabaja en regulaciones, pero él ve la oportunidad para la
industria a través de la aplicación de precisión de herbicidas y
fertilizantes. Aun cuando un agricultor sólo pueda reducir su aporte de
herbicidas y fertilizantes en un 1 por ciento y aumentar su producción
en un 1 por ciento, se multiplicará en toda la industria.
“Estás hablando de miles de millones de dólares de dividendos a través de esta tecnología”, dijo Paul.
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