Mientras las Fuerzas Armadas alemanas (Bundeswehr) se han quedado este mes sin su multimillonario proyecto para desarrollar un avión de reconocimiento sin piloto (drone),
la compañía ferroviaria Deutsche Bahn (DB) quiere probar ya sus propios
helicópteros no tripulados y equipados con cámaras de radiación
infrarroja. Los vehículos servirán para defender los trenes de los
grafiteros y del vandalismo.
En lugar de los alrededor de 500 millones de euros que se tragó el aborto de drone
militar de la Bundeswehr, los pequeños aparatos de DB costarán 60.000
euros cada uno. Una bicoca comparados con los más de 7,5 millones de
euros que, según la gran empresa pública alemana, cuesta cada año
limpiar los vagones pintarrajeados mientras están en las cocheras. DB
cuenta 14.000 grafiti al año. En total, dicen perder unos 50 millones de
euros anuales por diversos vandalismos.
Aunque está muy lejos de las grandes máquinas bélicas que emplea el Ejército de Estados Unidos para matar enemigos a enormes distancias sin moverse del asiento, el pequeño drone
de DB también provoca controversia. La proliferación de artilugios
espía capaces de ver en la oscuridad revoloteando en plena ciudad parece
propia de una distopía de ciencia ficción hecha realidad. El semivacío
legal inquieta a las organizaciones de derechos civiles, que recuerdan
estos días que la ley alemana obliga a que los drones civiles
estén siempre dentro del campo de visión del piloto y no vuelen por
encima de los 100 metros. En Alemania ya se usan estos aparatos para
supervisar zonas catastróficas o incendios, pero también manifestaciones
y estadios de fútbol.
El drone de la Deutsche Bahn cuenta con cuatro hélices que
lo suspenden en el aire mientras toma imágenes desde hasta 150 metros de
altura. Según los portavoces de la empresa, se desplaza sin hacer
apenas ruido a velocidades de hasta 55 kilómetros por hora. Esta
capacidad podría provocar problemas, porque precisará una licencia de
vuelo. Los aparatos no podrán abandonar el espacio aéreo de los terrenos
de Deutsche Bahn para no violar las leyes de protección de datos.
Tampoco sobrevolarán las estaciones o los andenes ni otros lugares
abiertos al público. Pese a estas restricciones anunciadas, DB no ha
explicado cuántos drones se plantea utilizar para vigilar la densa red
ferroviaria alemana.
Los pequeños helicópteros patrullarán las vías y las zonas de
estacionamiento para recoger testimonios de ataques vandálicos. Las
pruebas se usarán en los procesos judiciales contra posibles detenidos
por hacer pintadas. Además de las imágenes, el aparato registra las
coordenadas geográficas exactas de los lugares que filma. El dominical Bild am Sonntag
ha publicado imágenes de un artefacto lacado con el rojo corporativo de
Deutsche Bahn y dotado de cuatro rotores dispuestos en forma de cruz.
Al parecer, tiene una autonomía de unos 40 kilómetros con piloto
automático. Puede permanecer en el aire una hora y veinte minutos. Lo
dirigirán desde el suelo un piloto y un operador de cámara, que se
ocupará también de interpretar las imágenes que envíe.
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