Los trabajadores de emergencias que respondieron al enorme tornado en
Moore, Oklahoma, fueron recibidos por la inmensidad de la desolación:
casas destruidas, caminos obstruidos, líneas eléctricas caídas y poco
tiempo para desenterrar a los sobrevivientes antes del atardecer.
Circular por el área a pie o en un vehículo era un reto, debido a los escombros.
Los helicópteros de los noticieros y de los cuerpos de seguridad
llenaban el cielo. Y aunque reunían información útil para los equipos de
rescate, el ruido de los motores ahogaba los gritos de los
sobrevivientes atrapados que clamaban ayuda.
Toda la zona fue restringida a los vuelos.
Sin embargo, una tecnología aérea pronto facilitará la respuesta a
esta clase de desastres: los vehículos no tripulados automatizados (UAV,
por sus siglas en inglés), comúnmente llamados drones.
Estas aeronaves portátiles y asequibles pueden usarse rápidamente en
situaciones peligrosas para localizar a los sobrevivientes y enviar
información acerca de su ubicación a los servicios de asistencia en
tierra.
Existe mucha emoción sobre el uso de drones en la seguridad
pública y están próximos a usarse en el terreno tras un desastre
natural. Sin embargo, aún tienen que superar a las extensas
regulaciones, el tema de la privacidad y el problema de imagen pública que heredaron de sus primos militares armados.
Con todo, la industria de los UAV y los servicios de asistencia se están preparando para el día en el que puedan desplegar drones luego de tornados, terremotos, huracanes, inundaciones u otros desastres.
“El público simplemente no está acostumbrado a depender de ellos”, dijo James Stuckey, director operativo de Fireflight, una empresa de Oklahoma que fabrica drones. “Cuando se acostumbren, no podrán prescindir de ellos”.
El poder de los drones
Los beneficios de estas naves no tripuladas en caso de emergencia son
el alcance, la velocidad, la seguridad y el costo. Cuando no hay
electricidad, un UAV puede volar en plena oscuridad y transmitir en vivo
imágenes de visión nocturna a las personas en tierra; su ruta se
programa automáticamente para que no pase por alto un solo sitio. Una
cámara infrarroja montada puede detectar señales térmicas de cuerpos y
señalar la ubicación de los sobrevivientes para que los rescatistas
sepan a dónde ir.
A diferencia de los helicópteros no tripulados, los drones
emiten poco ruido y pueden equiparse con dispositivos avanzados de audio
para detectar sonidos difíciles de escuchar. Pueden entrar en
situaciones peligrosas que representarían un riesgo para los pilotos o
los trabajadores de emergencias que van a pie. Mientras que las hélices
de los helicópteros levantan escombros y polvo, los UAV pesan apenas 1.5
kilos y no levantan lo que hay en el suelo aunque sobrevuelen a tres
metros de él.
Los precios de los UAV comerciales van de los 15,000 a los 50,000
dólares, una fracción del costo de un helicóptero. Caben en el maletero
de un auto y pueden elevarse en poco tiempo.
“Usualmente empiezas a obtener información real tras unos 45 minutos o
una hora de haber llegado a la escena”, dijo Stuckey, de Fireflight,
quien ha sido bombero durante 27 años. “Podemos tener (un UAV) en el
aire en tres minutos”.
Aprovechar los retenes
La Cruz Roja estadounidense del Centro de Oklahoma consideró usar los
UAV de Fireflight inmediatamente después del tornado, pero no lo
hicieron porque se restringieron los vuelos en la zona, de acuerdo con
Steve Klapp, gerente regional de evaluación de riesgos.
La sección de la Cruz Roja ha usado UAV anteriormente en pruebas, como en un ejercicio de evaluación de desastres
que se llevó a cabo en marzo. El miércoles, consideraron usar la nave
para recabar datos de delimitación en la escena del tornado, pero Klapp
dijo que esta vez probablemente obtendrían la información de otras
fuentes.
“Definitivamente planeamos usarlos más” dijo Klapp. “Solo necesitamos la situación adecuada”.
La Guardia Nacional de Oklahoma también se encuentra sobre el terreno en Moore y ha entrenado con drones para usarlos en Afganistán, pero señalaron que no se había desplegado ninguno en la zona del desastre.
El principal retraso se debe a que la Administración Federal de
Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) impone muchas
restricciones relativas a quién y cómo se puede volar un drone,
de acuerdo con Ben Gielow, de la Asociación Internacional de Sistemas
de Vehículos no Tripulados (AUVSI, por sus siglas en inglés), una
asociación no lucrativa de empresas fabricantes de naves no tripuladas.
El Congreso estadounidense instruyó a la FAA sobre que para 2015
deberá haber creado reglas para el vuelo de UAV en el espacio aéreo de
Estados Unidos que incluyan regulaciones de seguridad, de adiestramiento
de pilotos, de certificación de las aeronaves y del proceso de
notificación a los controladores de tránsito aéreo local.
Hasta que se implementen esas regulaciones, cualquier organización militar o civil que quiera volar drones
a más de 120 metros de altura necesita un permiso especial de la
agencia. Este es un proceso prolongado que puede tomar uno o varios
años, de acuerdo con Gielow, aunque la FAA afirma que el proceso se ha
acortado a 60 días en promedio.
Hay una excepción en caso de emergencias, lo que apresuraría el
proceso de solicitud, pero al parecer su uso no se ha generalizado en
caso de desastres.
Un salvavidas
La respuesta a los desastres es solo uno de los usos que las agencias de seguridad pública pueden hacer de los drones
y, según la AUVSI, representará el 10 % de la actividad de la
industria. Stuckey creó las aeronaves no tripuladas Fireflight
específicamente para ayudar a los departamentos de bomberos a reunir
información durante la temporada de incendios forestales en Oklahoma.
Las últimas tres temporadas han sido particularmente desastrosas.
Las cámaras de imágenes térmicas pueden usarse para ver a través del
humo y los UAV pueden entrar en zonas que serían demasiado peligrosas
para las naves tripuladas.
Uno de los primeros casos en los que se reportó que un drone
salvó la vida de alguien ocurrió hace tres semanas. Un hombre conducía
por una autopista en Canadá durante la noche. Su vehículo se salió del
camino y él quedó inconsciente. Estaba oscuro, la temperatura casi
llegaba al punto de congelación y los trabajadores de emergencias no
podían localizar el auto y al conductor lesionado a pesar de que usaron
lentes de visión nocturna y un helicóptero.
La Real Policía Montada de Canadá desplegó una aeronave no tripulada
equipada con una cámara infrarroja que detectó la señal térmica del
hombre.
Además, la variedad de las herramientas que se pueden fijar a un UAV
va más allá de cámaras y armas. Los nuevos equipos permiten que los drones
detecten disparos y niveles de concentración de sustancias químicas,
que rastreen etiquetas RFID (identificación de radiofrecuencia) y que
midan los niveles de radiación.
Preocupaciones por la privacidad
La mayor controversia sobre estos vehículos es el uso que las agencias de seguridad podrían hacer de los drones
en labores de vigilancia y combate al crimen, posibilidad que tiene
nerviosos a los defensores de la privacidad y a otros ciudadanos. De
acuerdo con Gielow, actualmente sólo tres corporaciones de seguridad
tienen aprobación para volar drones en Estados Unidos: la oficina del Sheriff del condado de Mesa, en Colorado; el departamento del Sheriff de Grand Fork en Dakota del Norte, y el departamento de policía de Arlington, en Texas.
Los defensores de la privacidad temen que se usen los drones para vigilar a cualquiera. Los UAV rastrean a las personas con el mismo software avanzado que se usa en las cámaras de vigilancia comunes.
La Fundación Electronic Frontier ha estado ejerciendo presión para
que la FAA de a conocer los detalles de todas las agencias de seguridad
pública, fuerzas armadas, organizaciones de seguridad y otros grupos que
hayan recibido permisos para volar drones en el espacio aéreo estadounidense.
El grupo de derechos civiles ha trazado todos los programas de drones conocidos en un mapa interactivo.
Las personas de la industria de los drones no creen que una prohibición general contra los UAV sea la solución a los problemas de privacidad.
“El tema no debe enfocarse en cómo se toma la imagen (...) Puedes
obtener lo mismo con un helicóptero tripulado, un satélite, una cámara
de seguridad o un smartphone”, dijo Gielow.
Gielow piensa que la gente debe concentrarse en la forma en la que el
gobierno usa y almacena las imágenes de los ciudadanos y no de las
herramientas que usa para capturarlas.
Una industria floreciente
Muchas otras agencias gubernamentales ya están probando los drones.
La NASA los está usando para monitorizar huracanes, la NOAA
(Administración Océanica y Atmosférica de Estados Unidos) los usa en el
Ártico para monitorizar a la fauna y la USGS (Servicio Geológico de
Estados Unidos) los usa para mapear y hacer estudios ambientales.
Aunque la mayor atención está sobre el uso de los drones
para fines militares y de seguridad pública, el mayor mercado para los
UAV será la agricultura, según la AUVSI. Se usará hasta el 80 % de los drones en granjas, en donde vigilarán al ganado, analizarán la salud e hidratación de los cultivos y hasta rociarán pesticidas.
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